Ingredientes: (para 2-3 personas)
- 500 gr. de espinacas
- 2 puerros grandes
- 2 dientes de ajo
- 75 gr. queso feta
- 25 gr. de mantequilla.
- 6 hojas de pasta filo
- 2 cucharadas de piñones
- 1 huevo
- 1 cucharada de AOVE
- Sal
Elaboración:
- Dificultad: media
- Tiempo: 50 minutos aprox.
Vamos a comenzar lavando las espinacas y cortándoles el tallo. Ponemos en una olla abundante agua y un poco de sal al fuego. Cuando esté hirviendo, añadimos las hojas de espinacas y escaldamos un par de minutos. Las ponemos a escurrir en un recipiente y reservamos.
A continuación, picamos muy finamente los dientes de ajo y los dos puerros. Calentamos las dos cucharadas de AOVE en una sartén y doramos, primero, los ajos y, a continuación, los puerros picados unos 5 minutos. Escurrimos muy bien el agua las espinacas apretándolas fuertemente con las manos. Las troceamos un poco y las añadimos a la sartén donde tenemos el sofrito. Incorporamos los piñones y, por último, el queso feta troceado en cuadrados pequeños. Damos unas vueltas para mezclar y apartamos del fuego.
Derretimos en el microondas la mantequilla unos 30 segundos. Extendemos dos hojas de pasta filo. Una contigua a la otra, montándola encima unos 3 cm. Con ayuda de un pincel, pintamos esta primera capa con la mantequilla derretida. Ponemos de nuevo otras dos hojas de pasta filo; volvemos a pintar de mantequilla, por último, la tercera capa de pasta filo.
Colocamos las espinacas en un lado de las capas de pasta filo y lo enrollamos. Con este tubo, hacemos una espiral. Batimos el huevo y pintamos toda la superficie del pastel.
Precalentamos el horno, 180 grados calor arriba y abajo, y lo metemos unos 30 minutos.
RECOMENDACIÓN NUTRICIONAL: ESPINACAS
Su alto contenido en vitaminas; en concreto folatos, vitamina C y vitamina A, vitamina E, B6 y riboflavina; la convierten en una de las verduras más apreciadas, nutricionalmente hablando. Además, contienen minerales como magnesio, hierro “no hemo”, fósforo, potasio y calcio; lo que ayuda a mantener fuertes huesos y músculos. Su alto contenido en fibra favorece el tránsito intestinal y previene el cáncer de colon así como la enfermedad cardiovascular. Son buenas para sobreponerse de una anemia gracias a la presencia de vitamina C, imprescindible para la correcta asimilación del hierro para el organismo.
Eso sí, deben ser consumidas con moderación entre las personas con tendencia a la formación de cálculos renales, gota, reúma, artritis, etc., ya que su contenido en ácido oxálico puede favorecer la creación de cálculos.
Receta elaborada por Anabel Moreno Fuentes, dietista.nutricionista Educaliment